Somos especialistas en la construcción de piscinas de hormigón armado. Nuestras incumbencias incluyen la decoración de exteriores, clave fundamental para la integración de su nueva piscina con el entorno
La mejor ubicación de la piscina tiene que ver con el entorno. Entonces podemos citar 4 puntos generales que lo ayudarán en la forma de pensar para determinar la ubicación/orientación correcta de su piscina. Estos son: acceso, asoleamiento, vegetación o construcciones existentes y planes futuros. Todos en su medida determinarán la mejor ubicación de su nueva piscina, y determinarán en gran medida de los costos de instalación y mantenimiento futuro.
Acceso: aquí nos referimos a dos puntos importantes. Uno a la distancia y acceso desde la casa a la piscina. Esto definirá entre otras cosas los materiales de los accesos y su mantenimiento, la facilidad de integrar los soláriums a la vida diaria, los ruidos generados por las actividades en el agua, la cercanía del equipo al lugar donde se emplazará, etc. etc. Por otro lado, nos referimos al acceso mismo de la piscina “desde el borde”. Es muy común ver accesos incómodos o no funcionales (escaleras mal ubicadas, de dimensiones erróneas), difícil ubicación para la limpieza, etc. Aquí, como en todo el proyecto, intervienen preponderantemente los hábitos y gustos del cliente orientados por la empresa constructora.
Asoleamiento: esta es una solución de compromiso entre lo muy asoleado o lo poco asoleado. Por ejemplo, si la piscina queda permanentemente a la exposición solar, los bañistas tendrán necesidad de intercalar momentos de “descanso” del sol durante su exposición (factor fundamental si el grupo familiar tiene niños pequeños en su conformación). Sin embargo, se logrará una temperatura más agradable más rápidamente. Si el asoleamiento es poco, se tendrá la posibilidad de encontrar sectores dentro de la piscina para la permanencia más prolongada, con la contra de que la temperatura agradable tardará más en llegar, perdiéndose días de sol y buena temperatura exterior. Sin embargo, existen soluciones que permiten extender sustancialmente el tiempo de exposición diaria y por sobre todo, los meses del año que la piscina sea un lugar de esparcimiento disponible. Nos referimos a las cubiertas tipo pérgolas (la orientación y distribución de la pérgola puede permitir luces y sombras a voluntad, confiriéndole adicionalmente al lugar una ambiente mucho más cómodo y de categoría) y a la calefacción de piscinas (extiende los meses de utilización desde fines de Septiembre hasta principios de Abril, cosa impensada en piscinas sin calefacción). Los costos se incrementan ligeramente pero los beneficios que reportan son ampliamente justificados.
Vegetación/Construcción existente: resulta fundamental situar a la piscina en los lugares disponibles de manera de poder integrarla funcionalmente. La cercanía a la vegetación existente hará que haya desprendimientos que caerán sobre la piscina, ensuciándola (es importante tener en cuenta el viento predominante, ya que no solo se caerán las hojas en invierno de los árboles de hoja caduca, sino los de hoja permanente que por motivos de los vientos se azoten). Haga un ejercicio: recuerde su patio y piense donde se acumula la mayor cantidad de hojas cada otoño. Ahí caerán todos los años. No es un punto menor la existencia de raíces de los diferentes árboles, de manera que necesitará ubicar perfectamente por donde es probable que se encuentren para que no se interpongan con la construcción. En la misma línea de razonamiento y en correlación a los puntos anteriores, se debe tener en cuenta las luces y sobras que se proyectan sobre los distintos sectores del patio.
Planes futuros: tanto en la construcción o ampliaciones de la vivienda como de la parquización futura. Las raíces de los árboles son como topadoras, lentas pero imparables. Deberá asesorarse a la hora de realizar las nuevas plantaciones de manera de no tener que lamentar imprevisiones futuras. Recuerde que una piscina bien construida no debería presentar problemas por lo menos por 20 años. Aquí es importante intentar realizar un ejercicio mental, el que consiste en pensar qué construcciones vecinas son factibles y en qué medida podría afectar esto a su piscina. Si su relación con su vecino es cordial, no está demás una charla para conocer al menos los planes futuros que tenga hoy. Si bien no es un compromiso escrito y podrá cambiar a su voluntad, es mejor saber algo que nada.
Este es otro de los puntos en donde las piscinas fallan a la hora de la idea original o proyecto. La creencia difundida de que cuanto más profunda mejor, es totalmente errónea. Por nuestra parte encontramos al menos 3 puntos que lo harán reflexionar sobre esta decisión:
-Incrementa los costos de construcción: una piscina más profunda significa un vaso más grande, lo que a su vez requiere más materiales de construcción (hormigón, hierro de construcción, etc.) y un pozo más grande (más mano de obra). De la misma manera, una mayor cantidad de agua requiere de equipos más potentes (bomba, filtro, etc.) que estén acordes a las mayores dimensiones. Por ejemplo, no es lo mismo recircular 20 m3 en 6 horas que 25 m3 en las mismas 6 horas. El consumo eléctrico y de insumos para el mantenimiento (cloro, sales, alguicidas, etc.) es también mayor.
-Incrementa los tiempos de calentamiento: si no se dispone de un equipo de calefacción, los primeros días de calor son perdidos para disfrutar en la piscina. Esto es porque la mayor cantidad de agua hace que la inercia térmica inicial sea elevada para poder disfrutar de manera inmediata. Las menores profundidades hacen que el calentamiento inicial sea más rápido.
-Dificulta la permanencia de las personas de menor estatura: hemos constatado que las personas de baja estatura pasan prácticamente todo el tiempo sobre los bordes de la piscina, sin poder disfrutar todas las posibilidades que da el agua.
Cuál es entonces la profundidad adecuada? Resulta difícil establecer una regla. En todos los casos depende de los hábitos y conformación del grupo familiar, así como el destino de la piscina y de las preferencias personales particulares. Como medida genérica podemos establecer que no debe superar 1,40 metros de profundidad en el sector más profundo (con un mínimo recomendable de 1,10 metros). Esta profundidad claramente no es compatible con una piscina para familias con niños pequeños, es por eso que es recomendable la creación de los denominados “solárium húmedos”. Estos son sectores de mínima profundidad (alrededor de 30 cm. al pelo de agua) en donde los niños pequeños pueden realizar las tan beneficiosas actividades recreativas dentro del agua, y los más grandes pueden sentarse (ya sea sobre el fondo o ingresar con reposeras dentro de la piscina) o recostarse y no requerir estar tomados de ningún borde.